viernes, 15 de mayo de 2009

Teoría La Educación como fundamento para aprender a pensar

Marc Belth quien publica su pensamiento en el Libro “La Educación como una disciplina científica” título original “Education as a Discipline - A study of the role of models in thinking, publicada en 1965, en su trabajo, destaca que educación tiene que ver con aprender a pensar ya que se observa que cuando el hombre tiene la experiencia de un hecho, propone una teoría y a partir de esta constituye un modelo por medio del cual explica el suceso. De esta forma de manera consciente o inconsciente, establece una relación comparativa entre algo que acaba de experimentar y algo que conoce bien. En dicha relación atribuye las propiedades de lo que conoce a los hechos que está tratando de explicar.
Extrapolando, se percibe que este constituye el procedimiento utilizado por todos los hombres para comprenderse a si mismos y al mundo. También se emplea a fin de transmitir a otros, informaciones y modos de ver las cosas de la forma que lo hacen las instituciones educacionales.
Un ejemplo lo constituye aquel donde el hombre primitivo explica a los miembros de su tribu como planeó y llevó a cabo la destrucción de su enemigo, y usa para ello el lobo como modelo. En su descripción se observa que son empleadas todas las propiedades del comportamiento de un lobo.
En un nivel más complejo, Newton explicó la complejidad del mundo haciéndolo semejante a la geometría de Euclides.

Se desprende entonces, que a partir de esta orientación, la educación debe realizar el mismo procedimiento ya que de no hacerlo se quedaría confinada a lo directo, inmediato y mecánico. En otras palabras la educación quedaría reducida a una acción de simple repetición sin perspectiva, lo cual llevaría a la práctica de un mero oficio. En este punto se debe destacar que, por ejemplo, a nivel de la educación técnico profesional, no se está negando la funcionalidad de un oficio, solamente que si se agrega el ingrediente fundamental de aprender a pensar, la educación estaría cumpliendo su verdadero rol, de lo contrario se vería reducida a la condición de instrucción.

Para que la acción de la educación efectivamente logre el desarrollo de los poderes humanos para aprender a pensar, debe considerar los siguientes criterios:

El nivel de abstracción de los conceptos que utiliza y de los cuales se ocupa la educación.

Se debe reconocer que la Educación opera en planos distintos al de las otras ciencias, ya que la educación trata de la relación entre los conceptos y las aptitudes promovidas en los educandos y de los métodos de formación de conceptos como creaciones de la inteligencia.
Se preocupa no tanto en el mérito de las ideas particulares y en su relación en el contexto con la experiencia, como en la metodología del pensamiento, del cual son consecuencia las ideas mismas.
Es interesante observar en este punto que la mayoría de las instituciones educativas se preocupan del conocimiento. Pero este conocimiento tiene un contenido y también una estructura y lo que se visualiza como práctica regular de las instituciones educativas es fundamentalmente una preocupación con el contenido pero no con la estructura de este conocimiento lo cual es justamente lo que el alumno necesita para poder desarrollar su poder de pensar.



Los modos de pensamiento que caracterizan a la educación.

El pensamiento educacional tiene una cualidad propia, ya que aquí el pensamiento no se dirige tanto a la lógica de las relaciones entre conceptos ni a los juicios acerca del mundo de la experiencia, sino que a los modelos de pensamiento que entran en el proceso de razonamiento, a los juicios que resultan y a la forma y alcance y cualidad de las experiencia que los modelos hacen posible.

Esto es distinto a los procedimientos comunes a todas las disciplinas y que son investigación, descripción, explicación, razonamiento y creación.

La educación difiere de estas disciplinas por los modos de pensamiento que utiliza ya que el estudio de la educación se ocupa en posibilitar nuevos modos de:

Ø descripción,
Ø investigación,
Ø explicación,
Ø razonamiento y
Ø creación.



Los objetivos que persigue la educación.

El objetivo de estudio de la educación debe ser el de desarrollar los métodos de investigación y creación por los cuales la ciencia, la matemática y la filosofía realizan sus funciones y persiguen sus metas. Esto a diferencia del objetivo de la ciencia que es el desarrollo de leyes y teorías mediante las cuales se puedan formular enunciados verdaderos acerca del mundo tal como se experimenta o se espera experimentar.



Los tipos y manifestaciones de las normas morales por las cuales la educación es limitada y evaluada.
La dimensión moral de la educación está dada por la obligación de perseguir sus objetivos propios rechazando las exigencias de cualquier tipo de presión exterior. En otras palabras la educación, la cual mantiene con la sociedad una relación sumamente compleja, debe tomar en cuenta que sus consecuencias se manifiestan en la vida social de los hombres y debe por tanto contar con una completa libertad en el estudio mismo sin que se atienda a los objetivos, necesidades y obligaciones que la sociedad le ha impuesto. Esto daría libertad moral a la educación, permitiéndole desligarse de algún sistema de normas dentro de cuyo contexto y en forma externa, por ejemplo, se imponen ciertas lecturas y se prohíben otras; donde se estudia solamente la visión occidental en desmedro del aporte de otras civilizaciones. Esto también se aplica al dominio de las ciencias donde podría considerarse casi una “herejía” el desafiar el orden establecido y determinado para hacer ciencia. Un ejemplo podría servir en el ámbito matemático cuyo pensamiento exige el deducir conclusiones de axiomas, los cuales en si no son ni deben ser objeto de investigación y por tanto su cuestionamiento no es posible.
Por tanto, la mejor definición de la obligación moral del estudio de la educación es aquella en la que se incluye su deber de investigar y exponer todo sistema de indagación y explicación, cualquiera sea quien lo emplee y en todo lugar donde lo efectúe.
En tal situación es correcto afirmar que solo la educación tiene el deber de establecer sus propias reglas de operar

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